Este curso hemos tenido en nuestra Biblioteca un interesante concurso en torno a Mújeres Músicas. La participación ha sido altísima y de una gran calidad. Gracias a vosotros y vosotras hemos conseguido conocer interesantes historias de mujeres músicas.

A continuación os dejamos los tres trabajos ganadores de las tres categorías establecidas. ¡Disfrutad!

Categoría de 8 a 10 años

Título: Al Nur Wal Amal

Autora: Noa Evans (10 años)

Al Nur wal Amal (Luz y esperanza), es una orquesta egipcia en la que solo tocan mujeres ciegas que ha recorrido más de 30 países. No tocan con partitura, tocan de memoria y su director, en vez de dirigir con batuta, golpea el atril. Escribiendo esto, se me ha ocurrido un poema:

 

-Mamá, quiero ser violinista- dijo la jovenzuela

-Imposible.- dijo mamá,

– ¿no te das cuenta de que eres ciega?

 

La joven niña desesperada,

Empezó a tocar.

Mamá se dio cuenta,

¡No paras de impresionar!

 

La joven empezó a crecer

Y seguía con su sueño

La gente se reía de ella,

Pero no le daba miedo.

 

A los doce años

Encontró una orquesta muy especial

En la que las chicas

Usaban sus manos para mirar

 

El tacto le guió a las cuerdas

Que con pasión apretó

Y el oído le ayudó afinar

Las melodías que aprendió.

 

Saboreó cada minuto

Y hoy su madre le recuerda:

Pues resulta que me equivoqué,

Mi querida niña ciega

 

Categoría de 11 a 13 años

Título: Una carta para Lady C

Autora: Carmen Fernández Llerins (13 años)

Querida Lady C:

Últimamente no veo  mucho a Wolfgang lo cual me entristece bastante ya que antes podía estar a todas horas con él, pero ahora me han prohibido seguir con mi carrera musical como joven prodigio, ya que tengo la edad casadera.

Aunque sigo en contacto con mi querido hermano, no es lo mismo que me fascine describiéndome los paisajes maravillosos y las grandes ciudades que ha visto y visitado, con su cartas, que asomarme a la ventanilla del carruaje junto a él mientras observamos el panorama maravillados, como hacíamos de pequeños. Yo sigo acompañando a MADRE en nuestra casa de Salzburgo ayudándole en los quehaceres del hogar.

La verdad es que últimamente los días se me hicieron un poco aburridos y monótonos hasta que hice un hallazgo realmente increíble. Todo empezó hace unos días, cuando la tenue luz del sol de mayo permitía a MADRE ir a tomar el té a casa de la condesa Gilgen. Eso hacía posible que yo pudiera tener unas horas de intimidad, en las que me paseaba vagamente por la casa en busca de un libro que leer o algo de papel y pluma para escribir alguna poesía. En uno de esos días decidí explorar cada rincón de la casa para encontrar un par de guantes que había perdido. Entré en la biblioteca y vi mi guante de seda enganchado en una de las estanterías. Corrí a por él y cuando tiré para poder liberarlo del libro que lo ahogaba, el libro se inclinó y una de las paredes de la biblioteca se abrió dando paso a una pequeña estancia.

Esta contenía un brillante piano de cola y varias partituras enmarcadas en las blancas paredes de la habitación. También había un pequeño escritorio de caoba con papel y pluma. Al entrar me fijé en una pequeña placa colgada en la pared en la que decía: “La música no es música sin ellas” y al lado encontré cuadros de preciosas mujeres músicas que posaban al lado del piano. Debajo de cada cuadro había una inscripción con su nombre y la fecha en la que se había pintado el retrato (pintado también por una mujer). Así cada día que MADRE se marchaba yo iba a “Mi estudio” y componía las más bellas canciones que se me ocurrían.

Un día MADRE vino a casa antes y al escuchar un piano sonar me descubrió tocando una de mis composiciones. Yo pensaba que iba a ser el fin de aquel pequeño secreto, pero en lugar de soltarme un escarmiento, miró la sala y se fue. Mi mente jugueteaba con que no volvería a hablarme pero de repente la encontré delante de un caballete y con los pinceles en la mano diciéndome: “Parece que descubriste nuestro pequeño secreto”. Yo no sabía qué decir ni qué hacer, cuando mi instinto me indicó que mirase las pintoras y me fijara en la autora de ellas. Al verlo me giré, me coloqué frente al piano y no volví a hablar aquella tarde. Espero que usted tenga más suerte en el futuro y no tenga que esconder de lo que somos capaces nosotras.

Atentamente, Nanneri Mozart.

 

Categoría de más de 14 años

Título: Zohra   

Autora:  Noelia García Rodríguez 

Érase una vez, en el corazón de Asia, un bello país, cruce de caminos entre culturas que iban dejando huella a su paso. Su música amalgamaba estilos y ritmos de índole diversa, instrumentos, que a nosotros se nos antojan de nombre exótico, con sonoridades extrañas a oídos occidentales aunque no por ello carentes de belleza.

Intereses políticos y fanatismos propios de la condición humana provocaron la tragedia que es la guerra. La música pasó a considerarse una perversión y su práctica a ser severamente castigada. Mujeres y niñas vieron negado su derecho a la educación.

Así vivieron durante años. Hasta que por fin la larga guerra terminó.

Propio de la condición humana es también el espíritu luchador y la esperanza.

Volvió a abrir la escuela de música. Sólo cinco niñas acudieron, un auténtico desafío a la sociedad creada durante todos los años de guerra. Pero poco a poco otras chicas se fueron uniendo.

Así nació “Zohra”, la primera orquesta íntegramente femenina de Afganistán.

Contra todo pronóstico jóvenes de entre 13 y 20 años han conseguido educarse musicalmente. Muchas han sido amenazadas y repudiadas por sectores de su sociedad e incluso por sus propias familias.

 

A la batuta Negina Khpalwak, primera directora afgana de la historia con apenas 20 años.

 

Y así, cuando Negina comienza a dirigir, treinta valientes mujeres transmiten su historia esperanzadora más allá de sus fronteras.